Tal vez ya encontraste el régimen de productos para el cuidado de la piel, pero la clave de su efectividad podría estar en la cantidad que utilices.
Es posible que tras probar distintas formulaciones, marcas e ingredientes activos, hayas encontrado la combinación de productos para la piel de tu rostro que lo dejan suave, hidratado, iluminado y protegido de los elementos. Hablamos de hidratantes, limpiadores, tónicos, protector solar, así como productos de acción más focalizada como los serums y las cremas para ojos.
Nuestra pregunta es otra ¿Estás segura de que estás aplicando la cantidad correcta de producto en tu rostro? Y es que la realidad es que al aplicar mucho, o muy poco, de un producto determinado, podrías estar reduciendo la efectividad de ese hidratante que se ha convertido en el favorito de tu tocador. Después de todo, en comparación a nuestro cuerpo, nuestro rostro corresponde a una zona pequeña de piel y no tiene sentido saturarlo con producto.
Aprende a continuación cuánto aplicar de cada uno de los productos más populares de cuidado de la piel.
En el caso de los limpiadores, más producto no significa necesariamente más limpieza, y lo más recomendable es utilizar una cantidad de producto del tamaño de una moneda pequeña, especialmente porque, en contacto con el agua, los limpiadores se expanden lo suficiente para poder trabajar la totalidad de nuestro rostro, incluso llegando hasta el cuello y el pecho –no lo olvides con ningún producto.
Para aprovechar de la mejor forma este producto, también es buena idea humedecer suavemente tu rostro con agua tibia antes de aplicar el limpiador. Y cuando llegue la hora de aplicarlo, hazlo con movimientos circulares. Cuando remuevas el producto, hazlo de forma delicada, bajo ningún motivo frotes de manera brusca tu rostro, lo que puede contribuir a la aparición de líneas de expresión de forma prematura.
Cuando se trata de estos productos, muchas personas utilizan pétalos de algodón o toallas reutilizables para aplicarlo, pero la verdad es que con esto estamos perdiendo una cantidad considerable del producto en el aplicador. Frente a esto, la mejor estrategia es aplicar directamente una cantidad de líquido del tamaño de una moneda grande en la palma de tu mano y aplicarlo con suaves palmadas sobre el rostro. En el caso del agua micelar, que está diseñada para remover suciedad, es necesario utilizar un aplicador como un algodón.
El poder concentrado de este tipo de producto es imbatible y solo necesitarás unas cuantas gotas para cubrir todo tu rostro. Dependiendo de la función del producto, puedes elegir aplicarlo con tus dedos de forma suave, sin aplicar presión o aplicar directamente una gota del producto en zonas clave como la frente, las mejillas y bajo los ojos. Esto también aplica a productos de maquillaje en formato de serum.
La zona de los ojos ya es pequeña, y solo necesitarás de una cantidad de producto equivalente a un guisante o arveja pequeño, lo que será suficiente para ambos ojos, y recuerda, no solo debes aplicarlo en la zona por debajo de los ojos, sino que sobre los párpados, el hueso de la ceja y la zona adyacente. Y a la hora de aplicarlo, recuerda hacerlo con tu dedo anular, que aplicará menos presión en esta zona tan delicada.
Prepárate para hacer unos simples cálculos matemáticos, pero los especialistas en dermatología recomiendan utilizar aproximadamente dos miligramos de hidratante por cada centímetro cuadrado de piel en tu rostro. Pero para hacerte las cosas más fáciles, la porción debería tener unos 5 cm de diámetro.
No obstante, la cantidad de producto dependerá de tu tipo de piel y si la tuya tiende a la sensibilidad y la resequedad, es posible que necesites una porción más grande. Y a la hora de aplicarlo, es recomendable esperar que otros productos como los serums o tónicos se sequen por completo para no diluirlos con el hidratante.
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¿Quién diría que existía una ciencia relacionada a cómo y cuánto de nuestros productos deberíamos aplicar? Solo recuerda que lo más importante es conocer tu tipo de piel y sus necesidades para así poder darle el mejor cuidado posible.